miércoles, 6 de enero de 2016

8. LENGUAJE Y METODOLOGÍA




Al describir la casa PMR como una "gran caja paralelepípeda de hormigón que levita", podemos relacionarla en cierto modo con la Villa Saboya de Le Corbusier. Ambas elevan el volumen principal mediante una retícula de pilares de hormigón, que transmiten la carga al terreno, y se libera el espacio de la planta inferior de la casa, tanto estructural como funcionalmente; pilotisplanta libre.




Aun así no son semejantes, ya que Le Corbusier deja a la vista la planta baja y en la casa PMR la oculta el entorno, integrándose en el terreno; así como, en la Villa Saboya, el material y el color blanco, o la rasgadura horizontal en fachada en forma de ventana, hace ligero al volumen, contraria a la intención de Paulo Mendes da Rocha en la casa de Butantâ, que busca la pesadez.
La estructura de la vivienda es independiente a los cerramientos y a la distribución de espacios. Dos de las caras opuestas son abiertas, es decir, se abren totalmente al entorno mediante ventanas, las cuales ocupan el ancho total de fachada. Este hecho se relaciona directamente con dos de los 5 puntos de Le Corbusier, de la arquitectura moderna; fachada libre, fenetre longue. La distribución interior es libre, y se describe en el apartado de DISTRIBUCIÓN ESPACIAL de este blog.

El material empleado forma parte de los mecanismos de producción de significado, así como la sensación de pesadez que transmite o la sensación que provoca su textura y color, al incidir la luz natural sobre este. Se explica en el apartado de materiales, dentro de MECANISMOS DE PRODUCCIÓN DE SIGNIFICADO. 

Se busca ocultar o negar los apoyos verticales, y así reafirmar que una "gran caja" de hormigón levita en el aire. Aun así, no se ocultan los elementos estructurales; la estructura es sinónimo de dominio de la técnica, y por ello los voladizos, vanos, o huecos son tan grandes y magnificados. Esto es posible por la elección del hormigón armado como material estructural.

La cubierta de hormigón armado, como envolvente única, acota el ámbito del edificio de un solo gesto. Además pone en valor la gravedad y cómo éste se entrega al suelo. El edificio no quiere tocar el suelo, por ello se ocultan apoyos del volumen con el entorno y se deja una separación entre ambos. La luz, y sobretodo las sombras, son aliados para lograr la levedad de la vivienda, siendo la sombra arrojada la que oculta el apoyo central, entre otros.
Los límites de la vivienda se amplían, con la proyección de la cubierta en voladizo, sobre las caras opuestas abiertas, con lo que hacen participar el interior de su entorno. Así como la presencia de luz natural en el interior, provoca un acercamiento al espacio exterior.

La claridad estructural de Mies van der Rohe y la técnica en sus proyectos para integrar el entorno, podría ser una influencia para la arquitectura de Mendes da Rocha, concretamente en la casa PMR que estamos analizando. Como Mies, el arquitecto brasileiro busca la esencia de la arquitecura, a través de la purificación de elementos, y reduce a lo mínimo lo estrictamente funcional o estructural; "Menos es más".

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